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Le Barn, un hotel de lujo en un granero francés a las afueras de París

Le Barn es un hotel de capricho y con mucho encanto a las puertas de París.

El otoño es, junto a la primavera, la mejor época para viajar a París, especialmente si no organizas un viaje urbano en toda regla sino una experiencia más relajante como un descanso en una casa rural de lujo a las afueras de la capital francesa; y es que en nuestro viaje a la ciudad del amor nos alojaremos en Le Barn, un hotel botique inaugurado a finales del pasado mes de junio a tan solo 45 minutos del centro de París, en las lindes del Bosque Rambouillet y en una casa de campo del S.XIX totalmente renovada y transformada.

Le Barn es un hotel boutique en un ambiente rural diseñado a la medida de los deseos de los amantes de la naturaleza y el deporte que no quieren renunciar a una visita al Louvre, a las tiendas más exclusivas del mundo ni auna cena con vistas a la Torre Eiffel.

¿Imaginas un fin de semana haciendo trekking, jugando al golf, difrutando de alguna ruta en bicicleta y descubriendo los secretos de la cocina francesa? en Le Barn es posible, además no echarás en falta detalle alguno porque estarás alojándote en un hotel boutique de cuatro estrellas.

En su diseño Le Barn respeta su historia y mantiene los elementos básicos de las casas agrícolas de los años 50 y 60 y regala a cada una de las 73 habitaciones de las que dispone una terraza o balcón con vistas al magnífico entorno natural que rodea esta propidedad; el interiorismo es cálido y acogedor, con ese aire hogareño tan clásico del ambiente rural y se basa en elementos naturales como la madera y detalles decorativos propios de la zona.

La oferta gastronómica de Le Barn es una delicia y se organiza en dos restaurantes ubicados en lo que era el gran invernadero de esta explotación agrícola, aquí podrás descubrir los sabores de la cocina francesa clásica basada en ingredientes locales y de temporada.

Descansar en un hotel rural y boutique, comer rico y bueno, disfrutar de rutas de senderismo o en bicicleta de montaña o eléctrica (ambos tipos disponibles en el hotel), jugar al golf, montar a caballo (incluso aprender a montar a caballo), practicar la pesca (el hotel dispone de cañas y cebos) tantos juegos de exterior como puedas imaginar (fútbol, bádminton, petanca, croquet, voleibol, béisbol...) y refugiarte en los magníficos espacios de Le Barn si el tiempo se tuerce para jugar a las cartas u otros juegos de mesa y disfrutar también de la proyección de películas.

A ésto hay que añadir los cursos de cocina francesa, con degustaciones incluidas, y una oferta wellness más que apetecible porque el hotel dispone de sauna, hamman, baños nórdicos y de un masajista y osteópata en cuyas manos dejar tu cuerpo.

Y todo ésto a las puertas de París, a tan solo 45 minutos de la capital francesa.

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