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Four Seasons Langkawi, el paraíso en la selva más exuberante

En uno de los archipiélagos más privilegiados encontramos un remanso de paz con playa privada de 1,5 km., villas de ensueño y toda una selva a nuestra disposición.

Langkawi es uno de esos lugares en los que hay que frotarse los ojos para cerciorarse de que la maravilla paradisíaca que tenemos delante existe, que no estamos aun soñando. Y todo porque este archipiélago de mas de cien islas e islotes en el noroeste de Malasia es toda una delicia, situado en el mar de Andamán, a un paso de Tailandia y lleno de exuberante selva.

De hecho, se puede caminar por encima de ella gracias al puente Langkawi Sky, que pasa por el dosel del bosque lluvioso. Además del parque geoforestal de Kilim Karst, no hay que perderse las islas del sur, si te gusta la marcha y el ambiente turístico, o las del nordeste, más aisladas y solitarias. Tampoco faltan playas perfectas... ni hoteles únicos.

Es el caso del que posee Four Seasons en la isla. A pocos minutos en barco del parque geoforestal, en este cinco estrellas se combina el lujo, el diseño, el arte contemporáneo y la serenidad. Un ambiente único en armonía con la naturaleza donde todo está construido siguiendo las pautas que marca la tradición malaya, para que sintamos en todo momento que realmente nos encontramos en el otro lado del mundo.

Así, cada una de las habitaciones y suites del complejo han sido construidas con materiales nobles de la zona, sobre todo maderas, con las que se han hecho terrazas y balaustradas perfectas, además de techos de paja y espacios luminosos gracias a un buen número de ventanales. La importancia del interiorismo y la arquitectura de diseño se aprecia nada más entrar, al pasar por unos muros rojos de cinco metros de altura en la puerta del complejo, coloreados por óxido.

Las 90 suites y habitaciones del complejo se reparten por la zona, en varios tipos de alojamiento, desde villas de cara al mar (de hasta 590 metros cuadrados) a suites familiares, pasando por las Maleluca Pavilios o las suites de decoración árabe o asiática. En todas, eso sí, un baño de lujo, con jacuzzis al aire libre y suelos de mármol. Claro que la estrella es la Royal Villa, de 1.400 metros cuadrados y que se trata de tres apartamentos conectados al final de la playa del resort, que mide 1,5 km.

Pocos lugares son más perfectos para perderse. A partir de 390 €/noche, un rincón del paraíso en Langkawi.

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