Recorrer el planeta de mimo en mimo, de cuidado en cuidado, no necesita de aeropuertos ni de planificar un gran viaje. De hecho, si se vive en Madrid, basta con reservarse una tarde, coger el coche o el tren, y marcharse a la palaciega ciudad de Aranjuez. Allí, en el ensanche de la ciudad, se encuentra el U-Spa del Hotel Barceló, cuya carta de tratamientos permite viajar por cada uno de los continentes.
Nuestra particular vuelta al mundo comienza ya en el circuito termal, de más de hora y media de duración y en el que el agua trabaja y masajea cada uno de nuestros músculos hasta relajarlos. Allí podemos conocer cómo es darse un baño en el mar Muerto (Jordania), al contar con una piscina que imita la salinidad y mineralidad de este lago de Medio Oriente. Las tres saunas del complejo le acompañan: la finlandesa, la turca y la romana, tres países, tres estilos de desintoxicar los poros.
Pero el plato fuerte se encuentra en los tratamientos. Un salto a la Polinesia es posible con un peeling de arena de Bora Bora, que se completa con un baño de aceites relajantes y masaje con saquitos de arena caliente (110 min.). También exótico, de India, es el viaje sensorial que promete el tratamiento del mismo nombre (90 min.), un masaje con piedras volcánicas y que incluye la técnica de Shirodhara.
Francia está representada con la ducha Vichy y la chocolaterapia, que se combinan en un tratamiento facial de 25 o 55 minutos de duración y en el que el cacao aporta hidratación y vitalidad. Hawái, por su parte, aporta el Lumi Lumi, su masaje con cañas de bambú más famoso y que, en Aranjuez, se mezcla con shiatsu japonés para realizarlo con antebrazos, brazos y palmas de la mano.
Juntos suman una docena de destinos que nos permiten viajar por los rituales más relajantes del planeta. Imposible no querer apuntarse. Y por si fuera poco, al final, una copa de cava con frutas y macarons...
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