En el centro de Colorado, las Montañas Rocosas han permitido diferentes centros de esquí a cuál más interesante. Sin embargo, ninguno ha podido robarle el cetro a Aspen como el rey de las estaciones de esquí norteamericanas. Una fama que le llegó cuatro años después de su fundación, en 1950, cuando albergó el Campeonato del Mundo de Esquí. Sin embargo, la pequeña ciudad junto a la estación ya era toda una privilegiada de los deportes de invierno antes del impulso que supuso la creación de la propia estación.
Aspen lleva prácticamente desde el siglo XIX manteniendo un diseño y una belleza urbanística propias de alta montaña. Edificios y tiendas de estilo victoriano exquisitamente restauradas forman calles donde es fácil sentirse cómodos, especialmente al pasar por los míticos edificios de ladrillo rojo y madera. Un estilo singular que encontramos en uno de los inmuebles con más historia del lugar: el Hotel Jerome.
Este cinco estrellas lleva abierto desde 1889 en el centro de la localidad y se trata de todo un palacete victoriano de dos plantas y ladrillo rojo a la vista, con grandes arcadas en su fachada y un interior que apuesta por la decoración clásica, algo recargada, de principios de siglo. Sobre todo prima la comodidad. Se trata de relajarse tras horas en las pistas de esquí, y qué mejor para ello que cientos de sofás, almohadones, cojines, sillones y butacones... Tanto en las habitaciones como en las zonas comunes.
Perteneciente a la cadena Auberge Resorts Collection, está considerada la joya de Aspen. Y como no solo quieren ser lugar de reposo, se las apañan para que los huéspedes compaginen esquí con otras actividades, como unas divertidas clases de cocina en las que se aprenden las recetas de alta montaña dignas de un sibarita. De ello se encarga el equipo del chef Rob Zack, al frente del restaurante Prospect, un bistró americano moderno donde cada domingo se disfruta de un gran brunch.
Tampoco falta un lounge donde relajarse, ni un bar al más puro estilo del Oeste, el J-Bar, donde poder comentar entre risas lo que ha acontecido en las pistas durante el día. El estilo Old West de su decoración engancha, de ahí que no cierre hasta la 1 de la madrugada.
Entre las 93 habitaciones del Jerome destacan sus suites de 70 metros cuadrados, con bañera de tamaño XXL, ducha a ras de suelo, lo último en multimedia, sala de estar y una gran cama King Size (desde 1.280 €/noche). Y a pocos pasos, el imponente Auberge Spa in Aspen, donde se reciben tratamientos cosméticos con productos naturales creados para la cadena hotelera de lujo.
Destaca el que usa plantas aromáticas de la propia montaña de Aspen. Todo un lujo que permitirá disfrutar de la estación en nuestra piel incluso días después de haberla abandonado para volver a la rutina.
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