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Hotel Borgo Pignano: donde se detiene el tiempo

El paso del tiempo ha sido generoso con esta villa del siglo XVIII ahora convertida en un hotel con encanto que descansa en la provincia de Pisa, entre Florencia y Siena. En el corazón de la Toscana italiana, muy cerca de Volterra y San Gimignano, que son dos pueblos amurallados de atractivo atemporal, se encuentra ... Hotel Borgo Pignano: donde se detiene el tiempo.

El paso del tiempo ha sido generoso con esta villa del siglo XVIII ahora convertida en un hotel con encanto que descansa en la provincia de Pisa, entre Florencia y Siena. En el corazón de la Toscana italiana, muy cerca de Volterra y San Gimignano, que son dos pueblos amurallados de atractivo atemporal, se encuentra el Hotel BorgoPignano que parece haber sido tocado por el ideal de la perfección, la belleza y la serenidad.

Esta villa, que cuenta con murallas aún más antiguas (siglo XII) y una torre campanario desde la que contemplar una panorámica espectacular, está rodeada de 750 hectáreas de campo, colinas, bosques, jardines y terrazas. Tiene 14 habitaciones y suites que se dividen en dos alas: La occidental mira al Mediterráneo y la oriental se asoma a las colinas que conducen a San Gimignano.

Todas las estancias poseen una decoración elegante y sumamente cuidada. Al entrar en ellas se puede apreciar que cada detalle ha sido seleccionado rigurosamente y que nada se ha dejado al azar. Algunas de las habitaciones, incluso, están decoradas con frescos originales, mientras que los baños, de aire casi principesco, han sido vestidos en mármol. Asimismo, otro de los atractivos de este encantador hotel es su piscina “infinita” de agua salada que reposa sobre una cantera de piedra caliza natural.

Por otro lado, el espíritu comprometido con la agricultura sostenible que tienen los propietarios de este hotel de Rusticae (la mayor parte de sus productos proviene de sus dos huertos orgánicos) hace que puedan ofrecer a sus huéspedes los mejores productos: cuecen su propio pan (grano entero, pan amargo, baguettes, croissants…); su pasta es fresca y elaborada a mano y la pizza se hace en horno de leña; y otras delicias como la miel, las mermeladas y el aceite de oliva, son igualmente de elaboración casera.

La hospitalidad y amabilidad de la familia Pignano convierte este lugar en uno de los destinos más deseables por todo viajero que quiera ser partícipe de la vida en esta región italiana tan soñada. Contemplar a la caída del sol desde la torre campanario, las cuatro esquinas de la Toscana, y al amanecer, en días claros, el contorno de Córcega, son dos experiencias únicas que permanecerán por siempre en nuestra memoria.

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