Hoteles

Roger Smith, un hotel con mucho arte en el centro de Manhattan

Roger Smith, un hotel propiedad familiar en el Nueva York del S.XXI. Está muy cerca del Chrysler Building y la 5ª Avenida, pero mantiene su propia identidad desde 1929 promoviendo el arte de todo tipo.

Estar en Nueva York y alojarse en un hotel con encanto en el centro de Manhattan es posible. Parece una locura pero, en el número 501 de Lexington Avenue, a tiro de piedra del Chrysler Building, la Grand Central Terminal o las famosas tiendas de la Quinta Avenida, el Hotel Roger Smith es un hotel de propiedad familiar que mantiene una identidad distinta e íntima desde 1929, compartiendo arte, experiencias, comodidad y respiro.

Su dueño, James Knowles, es pintor y escultor. Esa pasión por el arte la ha volcado al hotel, que está salpicado de obras. De ahí las piezas que decoran el vestíbulo, el bar de la planta baja y muchos otros ambientes. También se organizan regularmente exposiciones y eventos culturales, siendo uno de sus objetivos impulsar a los artistas emergentes.

Es fácil reconocer el hotel desde la calle, con varias esculturas y una marquesina al estilo de Broadway. El interior presenta una decoración tradicional y un poco victoriana, donde el color y la creatividad contrastan con el hormigón de los rascacielos de Nueva York. Es difícil que un hotel grande pueda tener la condición de “hotel con encanto”, pero Roger Smith lo consigue. A pesar de tener 130 habitaciones, no pierde la calidez, el gusto por los detalles y el trato amable y cercano. Las habitaciones y suites son amplias y están decoradas con muebles, pinturas, plantas y accesorios elegidos con mimo. Son como pequeñas obras de arte, pues no hay dos habitaciones iguales. Algunas cuentan con sala de estar y cocina, y todas disponen de baños privados y una colección de libros que los huéspedes pueden tomar y añadir a su gusto, en un interesante intercambio cultural.

Después de una jornada de visitas y compras por la Gran Manzana, apetece tomar una copa en el Lily’s, el bar de la planta baja. Y en temporada alta no hay que perder la oportunidad de subir a la azotea y disfrutar de un cóctel en el Henry’s, que de noche se ilumina con luces y ofrece unas fantásticas vistas de la ciudad. En los alrededores del Roger Smith, hay numerosos restaurantes donde probar comidas de todas partes del mundo. Por lo demás, su ubicación es la ideal para recorrer las principales calles y atractivos de Nueva York.