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Hermitage Bay, una cala escondida en Antigua

Junto a exuberantes jardines, este resort de la isla caribeña permite disfrutar con tranquilidad de playas de ensueño y noches de jazz.

El pequeño istmo de tierra que une una pequeña península con el resto de la isla de Antigua, en la costa occidental de la misma, es el lugar elegido para recrear el paraíso. En este caso, bautizado como Hermitage Bay, un resort a pie de una playa privada a la que solo se puede acceder si eres huésped por lo difícil del terreno y que, además, está rodeada de una frondosa vegetación.

De hecho, a la playa se la conoce como una de las calas escondidas de la isla, y permite vistas impresionantes sobre el Caribe y el paisaje virgen que la rodea. Descansar en ella, bien en las zonas preparadas por el hotel con todas las comodidades o directamente en la arena, es todo un planazo; aunque no es la única opción de refresco, ya que hay una interesante piscina presidiendo cada una de las 27 cabañas y suites independientes en las que se divide el complejo.

Estas se han creado con amplios espacios en los que no faltan las comodidades modernas, pero con un sistema de construcción responsable con el entorno. Algunas se encuentran en las laderas de la península, mientras que otras dan directamente a la arena blanca de la playa. Todas, eso sí, tienen una decoración nada recargada, con profusión de muebles de madera y grandes ventanales para no perderse nada del exuberante paisaje.

Con la posiblidad de poder practicar buceo o deportes acuáticos, uno de los puntos fuertes de este resort es su spa. Bautizado como Garden Spa, se encuentra en lo alto de las colinas de esta parte de la isla, rodeado de vegetación tropical. Los rituales se pueden recibir al aire libre, en espacios preparados para ello, y combinan aromaterapia con circuitos termales. Además, hay qeu sumar un centro de yoga, pilates y meditación, así como un gimnasio completo.

En cuanto a la gastronomía, el menú del restaurante del hotel cambia a diario, por lo que es imposible aburrirse de las delicias contemporáneas que nos ofrecerán, siempre con una presentación exquisita y un sabor único. Cada mesa cuenta con su propia vela y sus flores, invitando a una plácida cena donde, cada noche, podremos disfrutar de una interesante velada al son de música jazz. Además, hay que sumar los desayunos en el Patio, un lugar frente al mar con mucho encanto donde comenzar la jornada, o el lounge junto a la piscina.

Todo un destino para disfrutar con calma de una de las islas más interesantes del Caribe. Un capricho a partir de 1.077 €/noche que no olvidaremos jamás.