Ibiza ha vivido un verano inolvidable. Gracias a su perfecta combinación de sol, playa, diversión, ocio nocturno y naturaleza ha atraído a miles de turistas, pero sobre todo a un buen número de famosos que convirtió a la isla en el lugar en el que ver y ser visto de todo el planeta. Y aunque el verano ya no es una realidad, sino un sueño que se resiste a quedarse atrás, aun hay motivos para volver a Ibiza.
El último tiene forma de hotel, concretamente el del Gran Hotel Montesol Ibiza, el que fuera el establecimiento más antiguo de la isla y que abrió sus puertas nada menos que en 1933. Este cinco estrellas impresionante acaba de reabrir con las ganas de un recién llegado, pero con la experiencia que le ha dado estar al pie del cañón tantos años. Y lo hace de la mano de la hotelera Hilton, que lo ha añadido a su porfolio de Curio Collection by Hilton, en el que se encuentran algunos de los hoteles más distintivos (son hoteles independientes, cada uno definido por sí mismo, con tesoros únicos).
El edificio en el que está el Gran Hotel está declarado Propiedad de Interés Cultural, por lo que la remodelación, aunque profunda, debía respetar en todo momento la historia de más de siete décadas del mismo. Para la puesta a punto fue fichado el famoso interiorista Lázaro Rosa-Violán, quien ya no dejará anodados con Artte, en Barcelona, o el Cotton House Hotel de Londres.
Así, por fuera, el edificio mantiene su espíritu neoclásico, en paredes con columnas de inspiración helénica y un color amarillo pastel que bien recuerda a las casas de La Habana y otras ciudades caribeñas. Ese punto colonial también se traslada dentro, en cuanto al eclecticismo de los ambientes. Con 33 habitaciones, cada una ha sido decorada con mimo y lujo, curvas y líneas contemporáneas, sin miedo a llebar paredes y estanterías de objetos o de romper tabiques con fórmulas de diseño originalísimas.
Situado en el centro de la ciudad, a un paso del puerto y con vistas increíbles, el hotel cuenta con una terraza en la que disfrutar de estas, a ser posible con tapas y platos de alta cocina, los del Café Montesol. Además, el complejo tiene espacio para albergar una pequeña joyería. Detalles que lo hacen único.
Exclusivo para no fumadores, el hotel admite reservas desde 200 €/noche.
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