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Exotismo turquesa en Isla Reunión

Un rincón donde evadirse con aromas a vainilla y jazmín, playas turquesas y gastronomía gourmet.

La Isla de la Reunión es un enclave francés en el Índico, al este de Madagascar, que para muchos habitantes del país vecino se ha convertido en un auténtico refugio paradisíaco a la hora de huir del Viejo Continente. Aunque fue descubierta deshabitada por marinos portugueses, la enseña gala es la que preside sus apenas 2,5 kilómetros cuadrados.

Al sur de este enclave, entre las localidades de St. Pierre y St. Joseph, se encuentra uno de esos hoteles que dejan boquiabierto a propios y a extraños. Se trata del Palm Hotel & Spa, un complejo de cinco estrellas con amplias piscinas infinitas desde las que ver el atardecer pasa a convertirse en toda una experiencia celestial.

Parte de sus encantos reside en el cuidado gastronómico de los huéspedes. Para ello, ponen a su disposición tres restaurantes que también pueden ser catados por no residentes. Por un lado, Le Deck, con vistas sobre el océano; Le Makassar, con una cocina de autor que hará las delicias de los ‘foodies’; y Le Kokoa, un lounge en el que picar algo y degustar, al igual que en los anteriores, alguna de las 350 etiquetas que componen su amplísima bodega (no en vano, estamos en territorio francés).

Además de disfrutar de las maravillas de la playa de Grand’Anse, los huéspedes cuentan con un completo spa en el complejo. Se llama Akéa Spa y cuenta con su propia línea de aceites de masaje, creados con plantas y flores de la misma isla. Coco, ylang-ylang, jazmín, vainilla... el aroma preferido del huésped se aplica con mimo en todo tipo de terapias, relajantes, localizadas e incluso técnicas y deportivas.

Eso sí, antes o después de disfrutar de alguna excursión a Piton de la Fournaise o Cilaos, o dejarse embriagar por las vistas de la isla desde un helicóptero que aterriza en el propio hotel. A partir de 230 €/noche (la habitación doble) y de 490 los lodges; en temporada baja.

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