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Estancia de lujo en Haití con la familia Clinton

La fundación del ex presidente y la candidata demócrata, detrás del hotel más novedoso de la isla caribeña, abierto por Marriott y Digicel.

La historia del Marriott de Puerto Príncipe es bastante curiosa, tanto como para ir aun más allá de que se trate de un hotel de cuatro estrellas en uno de los países más pobres de América. Con 175 habitaciones, es un proyecto de la cadena Marriott en colaboración con el Grupo Digicel de telefonía e infraestructuras, pero también cuenta con un aval muy particular: el de la Fundación Clinton, dirigida por la familia del ex presidente Bill Clinton, con este y su hija Chelsea como máximos exponentes.

La implicación de los antiguos residentes de la Casa Blanca tuvo como fin la promoción de puestos de empleos en la isla, así como un desarrollo de las empresas locales y de la gestión. El resultado, un hotel que abrió sus puertas hace pocos meses a apenas 20 minutos del principal aeropuerto de Haití y que cuenta, además de con 175 habitaciones, con la mejor conexión a Internet, piscinas al aire libre y restauración de altura.

Considerado el mejor punto de partida para recorrer el país, se encuentra entre el distrito de Pétion-Ville y el centro histórico de la ciudad y en sus paredes hay una impresionante colección de arte, como si fuera una gran pinacoteca. Su exterior es sencillo, con guiños al diseño contemporáneo que se mantiene también en las dependencias interiores, con características de hotel urbano.

Para probar especialidades locales, nada como acercarse a su restaurante, La Sirene, y pedir alguno de los platos de inspiración haitiana de la carta. Además, cuenta con un bar adyacente para probar cocina criolla, así como cócteles; y un café, el Cho, con pastelitos recién horneados y sándwiches.

De sus estancias, destaca la Suite, con dos baños y un gran dormitorio con cama King Size, así como un salón amplio y confortable. Es donde más se ha jugado con el diseño y los colores, con toques fluorescentes en mostaza muy llamativos. Y, además, con vistas impresionantes de la ciudad desde sus ventanales.

Sin duda, una iniciativa perfecta para reactivar el turismo y dar sostenibilidad a la comunidad local en uno de los países más pobres del Caribe y que necesita todo tipo de inversiones.