Los australianos llaman a Isla Canguro 'las Galápagos de Australia', y es que en esta isla, la tercera más grande del país tras Tasmania y Melville, es todo un paraíso para la fauna y flora endémica. Habitada por el hombre desde hace al menos 11.000 años, sus 4.405 kilómetros cuadrados de superficie permiten acoger diferentes parques naturales, áreas de protección animal tanto marino como terrestre y parques de conservación. Además, es famosa por su miel, al poseer el santuario de abejas más antiguo del mundo.
Es en este rincón tan especial donde el matrimonio formado por James y Hayley Baillie pusieron en marcha una aventura única: la de crear el hasta ahora único resort de la isla: el Southern Ocean Lodge, un hotel de lujo que se rige por principios ecológicos para que el impacto que ofrezca sobre la zona en la que se levanta sea mínimo. Entre sus particularidades destaca la posibilidad de que los huéspedes puedan pasear por la costa de la isla viendo a canguros en libertad en su día a día, no por otro motivo la isla recibe el nombre que recibe.
El complejo se compone de 21 suites de gran lujo, situadas una tras otra en un cortejo arquitectónico alargado que permite que todas tengan vistas directas sobre el acantilado que da a la costa. La zona común es un gran salón de forma circular en el que todo el perímetro se compone de grandes cristaleras que permiten que la luz entre constantemente inundándolo todo. Tanto dentro como fuera, en terrazas con pequeñas piscinas, no faltan hamacas, camas balinesas o sofás.
Imposible no destacar los baños en las suites. Con bañeras de diseño en forma de medio huevo, a juego con los lavabos, se encuentran junto a otro gran ventanal, en la parte trasera, que permite darse un baño mientras tenemos ante nosotros la inmensidad del verde que crece en las praderas de la isla.
No es de extrañar, con tanto preciosismo tanto en el interiorismo como en la exclusividad del lugar, que el precio de una noche ronde los 915 €, lo que permite, además disfrutar del spa propio del hotel, con productos de la firma australiana Li'Tya y diferentes tratamientos con agua antártica. La cocina del hotel, de autor y con una presentación exquisita, no se queda atrás. Toda una experiencia en el que los canguros, además de vecinos, son la excusa perfecta para una escapada hedonista.
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