En la región británica de Cornualles se encuentra The Scarlet, un hotel balneario pensado para relajarse y desconectar. Con 37 habitaciones, destacan las vistas que desde las terrazas del establecimiento se tienen sobre el mar (de hecho, toda la arquitectura del edificio, no demasiado vistoso pero sí práctico, responde al deseo de que manden las vistas desde cualquier rincón), una costa protegida además por las leyes de protección medioambiental de Reino Unido.
En las habitaciones prima la comodidad, con muebles de diseño coloristas y chimeneas enmarcadas en paredes de ladrillo negro. Pocas imágenes hay más seductoras que pasar allí un fin de semana de otoño, con la lluvia cayendo sobre el mar y la chimenea encendida mientras leemos un buen libro o tomamos un café. Pero no sólo se trata de las habitaciones, sino también de visitar su spa con sauna y hammam o su restaurante con estrella Michelin, comandado por el cocinero local Ben Tunnicliffe (los menús cambian a diario, según los productos del mercado).
Si el tiempo acompaña, el hotel cuenta con una zona de la playa acotada donde relajarse en tumbonas y el aeropuerto más cercano es Newquay, a donde se llega haciendo escala en Londres. A partir de 210 €/noche.
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