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El secreto de la familia Hilton en Seychelles

Oculto entre la selva de la costa de Mahé, el Northolme Resort & Spa es uno de los hoteles más emblemáticos de Seychelles.

Situado entre las colinas y las calas desérticas de la bahía de Beau Vallon, en la paradisíaca isla de Mahé, la capital de Seychelles, el Hilton Northolme Resort & Spa parece pensado exclusivamente para millonarios. Y no porque haya que tener una invitación especial de la familia Hilton para poder pernoctar en él, sino porque se encuentra tan oculto entre la vegetación que no siempre es fácil reparar en él.

Este cinco estrellas permite a sus huéspedes disfrutar de unas vistas increíbles del Índico, ya sea desde el balcón de sus villas privadas o de su terraza elevada sobre pilotes en el agua. Aquí cada una de las estancias está cuidada para que la experiencia sea 100% isleña, pero no por ello hay que renunciar a los lujos del siglo XXI, de ahí que no falten ni equipos multimedia ni una conexión total con el resto del planeta (si es que no preferimos desaparecer en sus aguas turquesas durante los días que estemos allí).

El complejo cuenta con un fantástico spa bautizado como Duniye y que se encuentra en la cima de unas rocas de granito. Como suele ser habitual en este tipo de establecimientos, las cabinas, algunas de ellas al aire libre, permiten disfrutar de los mejores tratamientos mientras se goza de unas vistas que ya llaman por sí mismas a la calma, especialmente gracias al arrullo de las olas. En la carta de tratamientos, mezcla de técnicas asiáticas (balinesas especialmente) y productos cosméticos de última tecnología.

Entre su oferta gastronómica destaca el restaurante gastronómico Les Cocotiers, especializado en cocina local. Esto quiere decir que sus afortunados comensales podrán degustar el mejor pescado a la brasa, el que se ha conseguido apenas unas horas antes en alta mar, y siempre acompañado de arroz y legumbres criollos. La bodega cuenta con vinos de numerosos países, entre ellos España, aunque abundan más los sudafricanos, italianos y franceses (por supuesto, la carta de champanes es impresionante, ya que se trata de un lugar llamado a celebrar y brindar con burbujas en todo momento).

Los huéspedes podrán disfrutar de un curso de snorkel y de pesca, y cuando vuelvan de hacer compras en el mercado de Victoria o terminen de leer una novela en la terraza de la habitación, siempre tendrán disponible la piscina de arquitectura infinita del complejo, con vistas elevadas al Índico. Quién sabe, igual está Paris Hilton supervisando en ese momento los negocios familiares...

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