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Dusit Thani, un resort en la isla más paradisíaca del mundo

Un rincón turquesa en Maldivas. Una isla privada a la que solo se accede con aeroplano.

Escena número 1: Acaba de terminar una siesta, no muy larga, algo más de 20 minutos. Se despereza y se pone en pie, con la claridad del sol bañando una estancia blanca. Sale de la habitación y ahí, frente a un océano Índico turquesa, se zambulle en la piscina privada que hay en su villa de techos de paja.

Escena número 2: Hace calor, así que se sirve un vaso de limonada recién preparada con frutas naturales y que han dejado en una jarra llena de hielos a su lado. Está en una tumbona de madera, en una pérgola pequeña desde la que siente la brisa del mar y una piscina solitaria le invita a darse un baño...

Escena número 3: Con un gesto tranquilo, una chica sonriente le indica que se relaje. Su camilla está preparada para un masaje relajante en el que la tradicional música se ha cambiado por el arrullo del mar. Está a punto de ponerse el sol y relajamos los músculos para recibir una indulgencia propia de los dioses...

No, no son tres escenarios diferentes. Todos son algunos de los resúmenes diarios que pueden hacer los huéspedes del Dusit Thani, mucho más que un resort paradisíaco. Se encuentra en Mudhdhoo una pequeña isla de forma circular en el atolón de Baa, Maldivas. De hecho, el hotel ocupa todo el perímetro, dejando el interior con un salvaje bosque tropical lleno de vegetación.

Compuesto por 100 cabañas, todas con piscina privada, terraza con suelos de madera y cama King Size, no hay lujo que no esté aquí representado. Desde los cojines turquesas, a juego con el agua del Índico que baña este rincón del planeta, a las sábanas de fino algodón egipcio, pasando por bocados de autor, el mejor servicio y un trato exquisito.

Acceder aquí solo es posible tras un vuelo de 35 minutos en aeroplano desde la capital de Maldivas, que se encuentra al sur. Al llegar, veremos las zonas comunes, como las pistas de tenis, el estudio de fitness, la piscina en plena playa de 750 metros cuadrados o el centro de buceo. Luego, una vez instalados, es el momento de un cóctel y de probar la alta cocina tailandesa del resort. A partir de entonces, con la agenda en blanco, cada uno irá llenándola de experiencias en el paraíso.

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