La isla de Praslin no es una más en el archipiélago de las Seychelles. Es aquí donde se hicieron las famosas fotos de la playa de grandes rocas, arenas blanca y cocoteros cayendo sobre un mar turquesa que se han convertido con el tiempo en sinónimo de paraíso. Pero no solo tiene un paisaje, sino que prácticamente cada rincón, cada cala, cada playa... merece una postal.
Una de ellas, Pointe Cabris, es donde se levanta un hotel boutique de gran lujo que apenas posee nueve habitaciones, todas suites excepto una (desde 390 €/noche). Se llama Château de Feuilles y, a pesar de su nombre, ni es un castillo ni está construido con hojas, pero sí es toda una fortaleza del buen gusto y de la exclusividad. Perteneciente a la cadena Relais & Châteaux, destaca por el ambiente íntimo que ofrece a sus huéspedes, así como las fantásticas vistas panorámicas que tiene sobre la bahía de Santa Ana y las islas próximas, ya que se encuentra sobre un promontorio con bastante altura.
Quizás, a diferencia de otros resorts, aquí no se pueda uno despertar y acudir al agua en un salto, pero tampoco es complicado llegar a la playa, ya que solo hay que bajar una pequeña escalera. Allí, además de arena fina y el Índico turquesa, nos espera su restaurante de cinco tenedores. Considerado uno de los mejores del país, los vegetales y frutas, así como los peces, son autóctonos. Platos como el mil hojas de coco con sorbete de mango, la langosta a la plancha con mantequilla de ajo o el marlin ahumado con fruta de la pasión son solo algunas de sus recomendaciones.
Además, el resort cuenta con la posibilidad de que los huéspedes alquilen la isla de Grande-Soeur en exclusiva, una joya junto a Praslin que podrá convertirse en un refugio privado para un pequeño grupo de invitados. 84 hectáreas de isla privada, playas, vegetación... Bucear o hacer snorkel en soledad son dos de sus atractivos.
Seychelles nunca fue tan exclusivo como en el 'château'.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12