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Calor de hogar a las puertas de los Pirineos

El hotel Viñas de Lárrede es un lugar de encuentro y de descanso a las puertas del Pirineo aragonés, ideal para disfrutar de la naturaleza, la nieve y el patrimonio romántico de Huesca.

La familia Del Rincón Ribera dejó su vida en San Sebastián para vivir de otra manera en la provincia de Huesca. En el pueblecito de Lárrede, junto al río Gállego, en una antigua plantación de viñedos, levantaron una casa de campo para convertirla en un hotel con encanto a las puertas de los Pirineos -del Pirineo Aragonés-. Viñas de Lárrede, donde se siente el calor de hogar y se disfrutan de unas vistas magníficas, es el lugar ideal para disfrutar de la naturaleza, la nieve y el patrimonio románico oscense.

La casa ha sido construida con materiales nobles, recuperando una fachada de piedra de una antigua casona derruida, empleando madera de alerce proveniente de Siberia (muy resistente al frío) y dejando espacio para amplios ventanales para poder disfrutar de las vistas del Valle, con sus picos de más de 3.000 m. Un proyecto que también tiene su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente, pues, además del aprovechamiento de la madera para la creación de muebles o la restauración de puertas antiguas, se utiliza energía renovable, aerotermia, luces led y el agua de riego proviene de la lluvia.

En sus tres plantas se distribuyen las 17 habitaciones, con nombres de mujeres de la familia que, como las personas, cada una tiene un carácter particular, aunque todas comparten una decoración cálida y acogedora, donde destacan los revestimientos de madera y papel. Todo con una gran sutileza para que el verdadero protagonista sea el entorno natural que entra a raudales por los cristales. Ya vengas solo, en pareja, en familia o con amigos, en Viñas de Lárrede hay una habitación para ti y los tuyos. Puedes optar por dobles, dobles premium o suites con capacidad de hasta 4 personas. Muchas de ellas cuentan con terraza o zona ajardinada privada, y las situadas en la planta baja permiten la estancia a personas con movilidad reducida.

El salón con chimenea es el lugar idóneo para resguardarse en los meses de invierno, y el comedor de su restaurante invita a reunirse en torno a la mesa disfrutando de las vistas del valle como principal cuadro mientras se saborea un exquisito desayuno o una comida a base de platos autóctonos con productos de proximidad. El restaurante también cuenta con una terraza panorámica, que da la oportunidad de comer al aire libre, respirando aire puro y cenando bajo las estrellas. Carnes de los valles colindantes, verduras de la finca, guisos a fuego lento, pescados recién traídos del Cantábrico, postres caseros.... Aquí todo sabe estupendamente.

Estando en esta preciosa casa de campo no hay tiempo para aburrirse. Puedes probar los vinos de su bodega, donde cobran protagonismo los de la zona del Somontano, como las prestigiosas bodegas de Viñas del Vero; relajarte en su coqueto spa, con bañera de hidromasaje, hamman y duchas de contraste de aguas; descansar y contemplar el paisaje desde el porche; pasear por sus jardines; o darte un chapuzón en la piscina en los meses estivales.

¿Y quién sale de este hotelito con tanto que disfrutar aquí? Su estratégica ubicación a las puertas del Pirineo Aragonés anima a combinar los ratitos en sus cómodas instalaciones con las excursiones y visitas a lugares de gran interés natural y cultural. A tan sólo 20 minutos se encuentra la estación de esquí Formigal-Panticosa, y muy cerca del establecimiento se encuentra la ruta de las iglesias románicas del Serrablo, siendo una de ellas la de San Pedro de Lárrede, del siglo X, situada en el mismo pueblo.

En tu escapada también puedes visitar la cercana Jaca, el Monasterio de San Juan de la Peña, el Castillo de Loarre, el Parque Natural de Sierra de Guara, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, relajarte en el balneario de Panticosa o realizar turismo activo, eligiendo entre infinidad de actividades como senderismo, paseos a caballo, BTT, esquí, golf o descenso de barrancos. Los más pequeños se divertirán mucho en el Parque Faunístico de los Pirineos Lacuniacha.