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Azor, la apuesta de diseño urbano para descubrir las Azores

Es un destino de retiro, descanso y naturaleza, pero no por ello está enemistado con el diseño contemporáneo. Así es el último hotel en entrar enamorarnos en el archipiélago portugués.

Portas do Mar, junto a Marina de Ponta Delgada, ha sido el lugar elegido para levantar un impactante hotel de diseño en una de las localizaciones más bellas y desconocidas de Portugal: las islas Azores. Allí es donde acaba de abrir sus puertas el Hotel Azor, un cinco estrellas desde el que descubrir todas las maravillas que ofrece el archipiélago atlántico y, de paso, relajarse con las mejores vistas.

Se equivoca el que espere en Azor un hotel de playa o de retiro natural, más pensado para turistas que apenas pasan tiempo en las dependencias. De hecho, el diseño de este establecimiento encaja perfectamente en lo que esperaríamos de una gran ciudad, un barrio cosmopolita o un rincón que aspira a ser lo más hipster de su zona. Y es que el diseño más contemporáneo es la tónica general del hotel, con detalles, tanto en las zonas comunes como en las habitaciones, de última tendencia.

Es de las últimas referencias en el porfolio de Design Hotels y ha entrado en este exclusivo club de hoteles gracias a una arquitectura que combina elementos sobrios y rústicos de madera noble con una atmósfera intimista de decoración elegante e interiorismo de vanguardia. En sus lujosas 123 habitaciones no faltan fabulosas vistas al mar (irse a dormir con el arrullo de las olas solo es comparable a despertarse con la inefable contemplación del océano), pero es su decoración la que también enamora, con espacios amplios, un toque minimalista y un juego de maderas y colores suaves muy acogedor.

De la oferta gastronómica se encarga el restaurante À Terra, que ofrece una variada gama de sabores locales y frescos, manteniendo las recetas de la cocina más tradicional de las islas. Sí, es un hotel de diseño, pero sus platos son caseros y deliciosos. Además, se pueden degustar con vistas al puerto, a través de sus grandes ventanales. Las delicias preparadas en los hornos Josper y de leña están pensadas para compartir y degustar en compañía.

No es el único espacio común perfecto. La piscina y el bar que ocupan la última planta, a modo de terraza, son inigualables. Una copa de vino al atardecer es un marco perfecto desde el que sentirse afortunado de ser de los primeros en estrenar el Azor.

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