El otoño y el invierno son sin duda los tiempos del turismo de interior y ¡qué deliciosos rincones nos reserva la península también más allá de su costa! Lugares ideales para el turismo urbano, cultural y de ocio, de cuidado y mimo personal… y de Fontecruz, porque en Fontecruz Hoteles son verdaderos expertos a la hora de crear y recrear alojamientos idílicos en ubicaciones únicas y de interior.
Hablábamos la semana pasada de Toledo y tiempo atrás de Lisboa, ciudad y hotel que podéis visitar por gentileza de Fontecruz a nada que tengáis algo de espíritu aventurero y juguetón; y hoy, viajamos a Ávila.
Lugar de grandiosa, romana y católica belleza, además de ciudad del rey, de los leales y de los caballeros, como reza su escudo por sendos nombramientos reales; rincón cristiano por excelencia, no sólo por el recuerdo vivo de una mística declarada santa, sino por el número de iglesias que la adornan, y Patrimonio Histórico de la Humanidad; es una ciudad que disfrutarás antes incluso de adentrarte en ella ante la majestuosa vista de sus murallas romanas, las mismas que verás de nuevo con otros ojos, los de saber que se oculta tras ellas, cuando dejes el centro histórico de Ávila a tu espalda para encaminarte a su Fontecruz.
Un hotel con el encanto del otoño y el invierno en la calidez de sus suites con chimenea, en sus techos abuardillados y forrados en madera de las habitaciones de la segunda planta, en su biblioteca y su bar inglés; en su centro de fitness y spa para que te rindas al gusto del agua y los masajes, al de ejercitar el cuerpo para despejar la mente y las ideas, y en el Zelai, un restaurante para que saborees las delicias ideadas en una cocina de altísmo nivel; junto a un campo de golf, con vistas a la sierra y a tan solo 4 kilómetros de Ávila, para que puedas disfrutar del turismo histórico, cultural y urbano tanto como del natural de monte y sierra, con la de Gredos a la vuelta de la esquina...
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