Hoteles

Atardecer sobre el Índico desde el Alila Villas Uluwatu

El magnetismo de Bali sobre el viajero se entiende cuando uno tiene la suerte de hospedarse en cinco estrellas como este resort.

No es de extrañar que los primeros habitantes de Bali la definieran como 'la isla de los dioses'. Y es que este rincón de Indonesia parece haber sido directamente por ellos. Los amantes de la belleza no pueden dejar de asombrarse ante sus playas, sus manantiales, sus selvas, sus templos... y, si encima es un amante del lujo, de sus maravillosos resorts.

Al sur de la isla, en la península de Bukit,se encuentra uno de estos establecimientos que hacen del concepto cinco estrellas toda una definición. Pero en el caso del Alila Villas Uluwatu, nuestro protagonista, desde un punto de vista ecológico. Con un nombre que rinde homenaje al famoso templo de Uluwatu, el cual se encuentra bastante cerca, al igual que la bahía de Jimbarán, es un hotel sobre una montaña que presume de ofrecer las mejores vistas del lugar.

Y vaya si lo consigue. La arquitectura es tan respetuosa con el entorno que parece fundirse con este, hasta el punto de que el huesped llega a pensar que está en plena naturaleza en algunos de los jardines del hotel (goza de la mayor calificación de diseño sostenible). En otros, claro, lo que nos hace pensar es en la suerte que tenemos de poder gozar 'in situ' de semejante infraestructura, con preciosas piscinas zen, jardines perfectos y diseño contemporáneo en cabinas que utilizan elementos orgánicos como la madera.

En total son 64 villas y chalets (desde 650 €/noche), todos con una piscina privada y vistas sobre el océano Índico. La decoración también es respetuosa con el medio ambiente y se inspira en la tradición balinesa, por lo que está todo fabricado allí, con elementos como la piedra volcánica, el bambú o la madera de cocotero. Eso junto a grandes camas balinesas, sofás mullidos por doquier y suites que juegan con la luz para crear ambientes diáfanos y confortables.

Entre las zonas comunes del hotel destaca, cómo no, un spa, en el que recibir los auténticos tratamientos balineses de relajación, así como nadar en una gran piscina, un deporte compatible con los que se pueden llevar a cabo en el gimnasio. Además, cuenta con su propia galería de arte moderno, a un paso de su restaurante The Warung, con cocina local en su menú.

Sin duda, un buen número de cosas que hay que probar sí o sí para sentirnos como auténticos dioses.

Salir de la versión móvil