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Agroturismo mediterráneo en Can Beneït

Can Beneït es el hotel rural en el que querrías pasar la Semana Santa o, si el confinamiento perimetral te impide disfrutarlo ahora, el próximo verano...

Can Beneït es una finca mallorquina de 70 hectáreas con vistas al Mediterráneo y, tras su cierre obligado por las restricciones impuestas a cuenta de la pandemia, vuelve de nuevo a abrirse al mundo y a tentarnos ¿quién no querría pasar unas vacaciones disfrutando de la Sierra de Tramuntana y del Mediterráneo mallorquín?.

Con solo 10 habitaciones, en Can Beneït la tranquilidad está tan asegurada como la belleza natural del entorno y la excelencia en todo lo demás porque, tras 20 años de experiencia en agroturismo, en Can Beneït son expertos a la hora de hacernos disfrutar de nuestras vacaciones.

Can Beneït es una finca vinculada a la producción ganadera y de aceite de oliva virgen extra, cuenta de hecho con un almazara que funciona como antaño; la idea de los actuales propietarios de esta finca es mantener su esencia y llevar a ella a un tipo de turismo que tiene cada vez más adeptos, el agroturismo, un estilo de slow travel basado en disfrutar de lo natural, de lo artesano, de lo sencillo...

Aunque el edificio es una antigua granja, ha sido totalmente reformado y acondicionado para satisfacer los gustos más exquisitos en lo que a slow travel se refiere; además la oferta gastronómica de Can Beneït no tiene parangón en la isla, su restaurate (Mirabona) ofrece almuerzos y cenas preparados con productos y recetas locales y en los que manda la huerta mallorquina, una huerta en la que recolectan los productos que llegan a su cocina: vegetales, frutas y hortalizas de kilómetro cero, pescados directos de la lonja al restaurante, carnes de producción local como la lechona o el cabrito y recetas antiguas con elementos de vanguardia, tentador ¿no te parece? porque esta propuesta gastronómica se riega con vinos mallorquines y vistas a la Tramuntana.

Y después de disfrutar de una rica comida en Mirabona podrás perderte entre olivos milenarios, cerezos, bosques de encinas... estás en el corazón de la Tramuntana, el alma de Mallorca.

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