La rápida occidentalización de Azerbaiyán, así como el fructífero negocio del petróleo, ha convertido a la capital del país en una de las más dinámicas de la zona, con un índice de crecimiento arquitectónico similar a la de algunas megalópolis chinas o del Golfo Pérsico. Así, cada vez son más quienes deben permanecer en Bakú por negocios o se deciden a conocer el país, especialmente sus ruinas milenarias.
Entre las cadenas hoteleras que se han instalado allí, destaca Four Seasons, que ha convertido un palacio de estilo Art Decó francés en todo un referente del lujo en la ciudad. Sus 171 habitaciones (29 de ellas, suites) dan la bienvenida al huésped con muebles acogedores, grandes camas y un sinfín de detalles. Eso sí, no busque en ellas una inspiración con la cultura azerí, ya que la decoración es completamente occidental.
El plan perfecto para pasar una tarde en el hotel es una rica taza de té en el lounge Piazza, seguida de una visita al spa, bien para una manicura, una pedicura o alguno de los tratamientos de masaje que ofrecen (de hecho, hay un tratamiento de manicura al té de camomila que dura 40 minutos). Lo podrá disfrutar con algunas de las pastas que crea Ahmen Said, su responsable de pastelería, o guardar hambre para una cena en el restaurante Kaspia, especializado en pescados y carnes a la brasa, o en el Zafferano, de comida italiana.
Con vistas al mar Caspio desde buena parte de sus habitaciones, se encuentra frente a un paseo marítimo de extraordinaria belleza. Un destino diferente a partir de 290 €/noche.
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