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Stranda, la estación de esquí frente al fiordo

Sin palabras. Así te deja el panorama de esquí frente a un gran fiordo, una imagen que solo es posible en algunas estaciones noruegas. De ellas, destaca la de Stranda, Patrimonio de la Humanidad.

La belleza de los fiordos noruegos es incomparable. Si se descubren por mar, nos emociona la sensación de adentrarnos entre las paredes de roca, poco a poco, navegando hasta que se acaba el entrante. Si se ven por primera vez desde tierra, especialmente desde las montañas de los costados, no hay forma de describir esa sensación de hermosura, vacío, peligro y naturaleza. Pero hay más: en invierno, mientras descendemos por la nieve.

Es una de las posibilidades más increíbles de elegir Noruega como destino de esquí, y algo prácticamente único en el mundo. Pero de las pocas estaciones en las que es posible, hoy dirigimos nuestros pasos a la de Stranda, que destaca por ser, según los propios noruegos, la más hermosa en vistas.

Y es que no hay nada como deslizarse desde lo alto de las montañas rumbo al fiordo de Geiranger, uno de los que ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No todos los días se puede uno hacer un slalom en semejante rincón del planeta.

Claro que Stranda también destaca por sus rutas de esquí de fondo. En este caso, cuenta con 15 km. de pistas preparadas para esta modalidad.

Situado en la región conocida como Ålesund & Sunnmøre, en el oeste del país, el resort cuenta con 17 pistas de descenso, 7 telesillas y telecabinas, área infantil, zona especial para practicar snowboard y lo que califican como "la mejor pista de off-esquí de Escandinavia". Además, no hay que dejar de practicar deporte durante el invierno y sus escasas horas de luz, pues el complejo se ilumina artificialmente para poder estar en él hasta las nueve de la noche durante los fines de semana de estos meses.

El pase de un día tiene un precio de 380 coronas para los adultos (40 € aprox.) y tiene un pequeño hotel de 62 habitaciones para los que quieran, además de descender, dormir en la propia estación. Claro que siempre tenemos la posibilidad de hacerlo en el pueblo de Stranda, a orillas del fiordo.

A medio camino entre Bergen y Trondheim, es una de las regiones más desconocidas y bellas de Noruega. ¿Descendemos en el fiordo?