En la provincia de Segovia, en la villa de Coca, se encuentra uno de los castillos medievales más impresionantes y bonitos de nuestro país. Construido en el siglo XV este castillo gótico mudéjar es uno de los Monumentos Nacionales de obligada visita. Jugar a ser el dueño y señor del castillo o la dama a la que hay que rescatar. Jugar a ser la princesa que pasea por las amplias estancias de la Torre del Homenaje o el príncipe que recibe a sus vasallos en la sala de armas. Solo hay que ir a Coca y dejar volar la imaginación.
La historia del Castillo de Coca data del año 1453 cuando el Rey de Castilla Juan II dio su permiso para construirlo al arzobispo de Sevilla y Señor de Coca, Don Alfonso de Fonseca. Veinte años más tarde fue terminado por Alonso II de Fonseca sobrino del arzobispo quién lo convirtió en residencia señorial y celebró grandes fiestas a las que asistieron muchas personalidades de la época.
Su hija María debió heredarlo a su muerte pero lo impidió la reina Isabel la Católica. Publicó una ley eliminando los derechos de herencia a las mujeres. Antonio De Fonseca, capitán de los Reyes Católicos y hermano de Alonso, se convirtió en el nuevo dueño y señor de esta hermosa fortaleza.
Una historia romántica sucedió entonces. El marqués del Cenete atacó el castillo para rescatar a su prometida, María de Fonseca, que se encontraba retenida por su tío. La cosa no acabó bien.
También Antonio tuvo que defenderse de un ataque de tropas comuneras por un incendio que provoco él mismo en Medina del Campo.
Más tarde fue también prisión para el duque de Medina Sidonia, Gaspar Pérez de Guzmán, acusado de haberse proclamado rey de Andalucía.
Durante la invasión francesa a pricipios del siglo XIX quedó prácticamente derruido. Y años más tarde, por diferentes uniones matrimoniales, el castillo pasó a ser propiedad de la Casa de Alba. Fue reconstruido y, en 1926, declarado Monumento Nacional. ¡Qué fascinante es la historia! Y qué importante compartirla con nuestros hijos.
Hoy en día el castillo pertenece al Ministerio de Agricultura que dispone de él desde 1954 por el tiempo establecido de cien años y un día. Curioso. Restaurado y albergando la escuela de Capactación Forestal, se puede visitar acercándonos a Coca, una excursión que forma parte de la llamada ruta de los castillos.
El castillo de Coca se alza majestuoso sobre un terreno escarpado. Por fuera es precioso, el color rojizo de los ladrillos y sus formas hacen de él un edificio realmente original y sorprendente. Rodeado de un profundo foso, al que da vértigo asomarse, es mucho más grande de lo que parece visto desde fuera. Cruzando el puente entramos y nos encontramos dentro de las murallas. Se pueden ver diferentes salas y subir por unas escaleras empinadas y estrechas hasta la torre más alta. Desde allí las vistas son espectaculares. La Sala de los Jarros, otra de las estancias que se recorren destaca por su curiosa acústica. También se pueden visitar la capilla y las mazmorras. En la Sala de la Mazmorra de hecho hay un orificio grande por el que cuentan que tiraban a los presos y no volvían a salir. Tremendo.
Acercarnos a la villa de Coca y visitar este imponente castillo es un plan perfecto para disfrutar en compañia de los más pequeños de la casa. Vivirán aventuras emocionantes mientras aprenden un poquito más sobre la historia de uno de los castillos mejor conservados de la provincia de Castilla y León. Jugar e imaginar al abrigo de las murallas, caballeros con armaduras, damas en apuros, reyes y reinas, príncipes y princesas, todo lo que un niño pueda soñar.
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