Destinos

PandaRaid (4): Errachidia-Merzouga

Parece que no podremos hacer toda la ruta prevista por el temporal...

Hemos comenzado la mañana con el briefing. Parece que no podremos hacer toda la ruta prevista por el temporal, pero se intentará completar todo lo posible.

Salimos a las 7 de la mañana e iniciamos el enlace hacia la especial. La lluvia había causado estragos, tanto que uno de los puentes de la carretera estaba cortado por una riada. Había varios coches esperando ojeando la situación; nosotros ni nos lo pensamos: primera, bien revolucionado el motor y adelante. La corriente nos arrastraba y el motor no podía, pero quemando el pobre embrague conseguimos sacarlo. Nuestros compañeros también.

Unos kilómetros más adelante, lo mismo, pero con  mucho más caudal, así es que la organización neutralizó la prueba hasta que mejorase un poco.

Finalmente llegamos a la especial, que transcurría por pleno desierto. Navegación pura y velocidad por anchísimas pistas. Realmente divertido, a través de un paisaje espectacular, con tierra negra. Pero el agua hacía acto de presencia y tuvimos que cruzar varios riachuelos. Aun así, adelantábamos a muchos coches; se nos estaba dando especialmente bien.

Nos encontramos con unos amigos que estaban parados y les preguntamos si pasaba algo. Estaban descansando un poco y nos quedamos con ellos. Error. Había llovido realmente fuerte en el Atlas y el agua estaba bajando, formando riadas y grandes charcos cada vez más profundos y caudalosos. Al cruzar uno, se nos mojó el delco o alguna pieza importante y el coche se paró. A partir de este momento, cada pequeño charco que cruzábamos el coche se paraba. En uno de ellos, nos quedamos a la mitad, y del parón en seco se nos cayó el roadbook por la ventana, directo al río; conseguimos salvarlo pero ya no servía de nada. Sí, se nos cayó un libro por la ventana a un charco en el desierto: difícil de creer. Gracias a nuestros compañeros del Team Parranda llegamos al punto de control. Dos horas para haces escasamente 3 kms. Y allí se acabó la etapa porque se avecinaban riadas de más de metro y medio de profundidad y una tormenta de arena. Hora de volver al campamento.

Por el camino paramos a tomar un té. El camarero había cruzado en patera a España: 24 horas para cruzar el estrecho en una barca enana llena de personas. Pero la cosa en Europa está tan mal que se ha vuelto a su país. El té para los tres nos costó 50 dirhams, 50 céntimos de euro.

Llegamos al campamento casi de noche. Y si uno se alejaba un poco del meollo y miraba para arriba, veía un cielo lleno de puntos luminosos como jamás había contemplado. Tocaba revisar el coche, plantar las tiendas, masticar el polvo, pasar frío, soportar una penalización por llegar tarde al check point y pasar una noche helada que ni el saco lograba apaciguar.

Pero a eso habíamos venido…

Salir de la versión móvil