Después de un año, ya tocaba partir y teníamos todo preparado y revisado. ¿Seguro?
A las 11 de la mañana estábamos en el parking del Bernabéu. Un poco de burocracia, unos cuantos amigos y a las 2 de la tarde nos daban la salida. Era una etapa de enlace entre Madrid y el puerto de Algeciras, en el que había que estar a las 7:30 del sábado. Hasta entonces cada equipo se lo montaría como quisiera.
Así es que nos pusimos rumbo a Estepona, lugar donde pasaríamos la noche. Al poco de salir del Bernabéu la temperatura del coche sube. Pero bueno:el tráfico, el calor, el atasco... podía ser normal. Pero el piloto se encendió un par de veces más. Y después de comer en Seseña, a las 4 de la tarde, echamos un ojo: la bomba de agua rota.
Todavía tuvimos la "suerte" de estar al lado de un taller donde nos encontraron un repuesto y nos lo repararan... a las 9 de la noche.
Y tras la odisea, con los ánimos desinflados, salimos pensando en que lo que tocaba era dormir no mucho, más bien una ducha y poco más.
Entonces el coche comenzó a dar tirones. Sabíamos qué era: el delco. ¡Llevábamos uno de repuesto! En las cercanías de Úbeda, a la 1 de la madrugada, con 1° en el termómetro, lo reparamos en sólo media hora.
Total, que ni Estepona, ni cama, ni ducha. Llegamos a Algeciras a las 5.15 de la mañana. Tocaba echar una cabezada en el coche.
Pero a eso habíamos venido...
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