Si eres un amante del tren y echas de menos los viajes de antaño, en los que se disfrutaba del camino tanto como del destino, te proponemos 3 líneas de ferrocarril que han sido rescatadas del olvido para transportar a los viajeros a otras épocas mientras se disfruta del paisaje con calma y en todo su esplendor.
Los nuevos tiempos nos llevan a ir con prisas a todas partes y, aunque el progreso haya sido acortar el tiempo de los desplazamientos, lo cierto es que hemos perdido la capacidad de disfrutar del camino. Sin darnos cuenta, aparecemos en nuestro destino por arte de magia, ignorando los pueblos, los paisajes y las historias que quedan atrás, y que realmente son necesarios para entender adónde vamos.
Viajar en tren tiene un encanto especial, sobre todo si lo hacemos en los trenes antiguos, con sus peculiares sonidos, decoración, ambiente… y una lentitud deliciosa, que nos permite disfrutar del paisaje y hacer buenos compañeros de viaje. Además, su paso por lugares inaccesibles para otros medios de transporte nos regala postales únicas, que nos hablan del patrimonio natural y cultural de la zona.
Te proponemos tres de los trenes de antaño que se han recuperado para que puedas seguir disfrutando del camino hacia tu destino. Uno de ellos es el Tren Río Eresma, que realiza su trayecto de Madrid a Segovia, regalando a los pasajeros los paisajes de la Sierra de Guadarrama mientras escuchan la música de los dulzaineros. Otro es el Tren dels Llacs, que recorre una antigua línea ferroviaria de Lleida hasta La Pobla de Segur con sus originales locomotoras diesel conocidas como “ye-yés”. El tercero es El Canfranero, que une las localidades de Sabiñánigo, Jaca y Canfranc, ofreciendo magníficas estampas del Pirineo de Huesca.
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