Puro teatro, del que se lleva ovaciones monumentales y aplausos infinitos. Así es la nueva colección prefall del niño mimado de la señorita Wintour. Zac Posen se recrea en el glamour de las noches neoyorquinas y sus delirantes alfombras rojas para dar forma a esculturales vestidos de gala, diseñados para elevar al Olimpo terrenal el cuerpo femenino.
El diseñador se atreve, haciendo honor a su merecida reputación, con caídas de infarto, volúmenes rematadamente bien trabajados y tejidos soberbios, elegidos a conciencia para ensalzar maxi vuelos y pliegues de maestro. Los cortes sirena se combinan con pronunciados escotes palabra de honor y las espaldas descubiertas juegan con bordados delicados y colas de faraona, acentuando las formas de la mujer en un desfile de belleza propio de las divas de antaño.
Zac Posen sigue fiel a su estilo elegante y sinuoso, ese que lo convirtió en un referente dentro del panorama internacional de la moda con tan solo veinte años. Una proeza que permitió a Nueva York recuperar aquel glam hollywoodiense que hace de la city una fiesta eterna.
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