No son las formas exteriores las que materializan el contenido de una obra, sino las fuerzas vivas inherentes a la forma, o sea, las tensiones. Esta frase de Kandinsky es el punto de partida de Púlsar, la nueva propuesta de Ulises Mérida para la próxima primavera que acaba de ver la luz en la última edición de la MBFWM.
Magnética, vibrante, como una incontenible nebulosa que se debate entre rojos intensos y violetas tornasolados, en el caso de Púlsar, no son solo las formas externas —rectilíneas, casi infinitas que se ajustan y despegan del cuerpo en movimiento de manera intuitiva—, aunque también. Es la inmensidad casi escultórica que preside la colección la que nos traslada a ese universo tan personal creado por el diseñador donde la fluidez es la estrella indiscutible.
Y si ya nos cautivó el pasado mes de abril con Organia, la instalación creada por el propio diseñador que inauguraba el Proyecto Cúpula del Museo del Traje, su debut en la pasarela madrileña, con tan solo cuatro colecciones en su haber, ha sido triunfal.
Centrados en tonos cálidos, los diseños oscilan entre el rojo intenso, el morado puro y el blanco roto que irrumpe rotundo; matices irisados y estampados geométricos se dibujan en sedas de distintos acabados —satén, tafetán tornasolado, organza, punto o dupión— que se funden entre voiles de algodón, sargas satinadas y linos casi sin tratar para adaptarse a la silueta femenina a base de detalles de cuero y cordones de yute, seda o algodón trabajados con la técnica oriental Kinbaku-bi, evocadora de la obra de Kandisnky, Christo and Jean Claude que inspira la colección.
Los bolsos, creados en colaboración con la firma ACOSTA, son el broche final de la propuesta. Un alegato a la sofisticación y la elegancia, un auténtico capricho.
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