Un viaje improbable.

Embarcarte en la nueva campaña de Adolfo Dominguez es emprender un viaje improbable pero fabuloso. Los protagonistas, la modelo rusa Anna Selezneva y el belga Wouzer Peelen, nos avanzan las prendas de la próxima temporada en una cita que se antoja interminable.

Partimos de una escena de una clásica película en blanco en negro que recrea dos colores que serán máxima tendencia los próximos meses. A continuación, estamos en el mar. Es el Mediterráneo y viajamos en un yate. ¿Con qué intención embarcamos? Con la de repasar todos los tonos de azul que se avecinan recogidos en prendas de inspiración náutica (una clásica tan favorecedora que se agradece la insistencia) y para que la brisa suave que acaricia nuestro rostro nos ayude a imaginar telas livianas y frescas y texturas suavísimas. Llegamos a tierra firme y comienza un safari. Nos ponemos las saharianas clásicas, kakis o beiges y aceptamos que los estampados salvajes y los dibujos de animales den caza a nuestras prendas y accesorios. A última hora de la tarde apostamos por el dorado. Y cuando nos alcance la noche, estemos donde estemos, sacaremos a relucir lo más refinado del ropero: las piedras, las lentejuelas, los abalorios…

Agotados ¿no? Y expectantes también. Deseando que esos días soñados se hagan realidad. Los escenarios quizá tarden algo en llegar. La ropa está a puntito de hacerlo.

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