Sofisticado, provocador, seductor, atrevido y terriblemente elegante, así es Tom Ford y así es también su campaña de primavera; el negro es su color fetiche incluso en primavera y la mirada altiva, la de sus modelos, es su modo de expresar la solvencia y la elegancia de la colección que visten; la piel y las chaquetas sastre son también dos irrenunciables para Tom Ford que presenta su temporada cálida con un extra de sofisticación y atrevimiento... y con una rosa entre las manos... o incluso entre los dientes.
Ford iba camino de convertirse en arquitecto de profesión pero lo fue sólo por estudios, en una estancia en París trabajó para Chloè y se enamoró de la moda por siempre jamás; estuvo al frente de la dirección creativa de Gucci, también de YSL, antes de lanzarse a la aventura de presentar sus diseños bajo su propia firma; desde entonces es también él quien se ocupa de las campañas, además de hacerlo de los diseños, no en vano Ford es también director de cine.
Admirado y aplaudido, cuando Tom Ford presenta una colección, el mundo se para a admirarla porque su capacidad de tentar a la belleza es infinita; buena muestra de ello son sus propuestas de primavera y verano, una colección sofisticada y funcional que Ford ha sabido reflejar a la perfección gracias a su visión cinematográfica del mundo.
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