A sus 54 años, a Marc Jacobs le queda todavía mucho en su creatividad del niño rebelde de la moda que fue; con una dilatada trayectoria profesional, en la que destacan sus más de 25 años al frente de la dirección creativa de una de las firmas del lujo más icónicas del mundo, Louis Vuitton, Jacobs sigue adelante con su proyecto personal, su propia firma, un lanzamiento que hizo en su día bajo una convicción muy clara: para Marc Jacobs la moda no es arte, por más que el arte pueda ser inspiración de la moda, la moda es en realidad el arte de la vida.
Y es que para vivir, al menos para vivir bien, hay que tener arte, por eso Jacobs defiende que la moda debe ser, y para él lo es, el arte de la vida; ésta convicción personal de Jacobs subyace a todas sus colecciones, no hay más que acercarse a sus propuestas de primavera y verano para comprobarlo.
Steven Meisel ha sido el fotógrafo de moda elegido para inmortalizar una colección alegre y rica en tejidos y colores; Jacobs ha presentado sus nuevas propuestas hablando de exuberancia y energía, también de la moda entendida como diversión y ha agradecido además a Meisel el modo en el que ha reflejado estos conceptos e ideas en sus imágenes.
Azul turquesa y verde aguamarina, tono salmón, amarillo, fucsia y naranja además de la sofisticación del negro, estampados florales, cortes asimétricos y juegos de volúmenes; la colección de primavera y verano de Marc Jacobs es alegre y colorista, divertida, sugerente, atractiva y de inspiración tropical, es un tanto atrevida y nos deja ver el modo en el que este ya mítico diseñador americano entiende la moda y la vida... un modo de ser y diseñar el suyo que nos hace afirmar de nuevo que algo queda en Marc Jacobs del niño rebelde de la moda que un día fue.
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