Como inconsciente del buen corte de su traje, de la caída perfecta de la chaqueta y el buen ajuste del pantalón; ajeno a luminosidad de los toques de color, que recuerdan en sus líneas y contrastes a un lienzo cubista; cómodo llegando a aparentar cierto descuido en los gestos y las formas; ajeno, en definitiva, a su propia belleza.
Así luce el hombre Dior que imagina y diseña Kris Van Assche en la próxima primavera, rompedor sin quererlo, elegante sin saberlo y siempre marcando tendencia. Y así lo capta Willy Vanderperre tras el objetivo que retrata esta campaña.
El entorno acompaña a este dejarse llevar por la vida y por la calidez de la primavera; y es que estamos junto a una piscina tan elegante como el propio Dior junto al mismísimo Hollywood, una a la que no le faltan sus irrenunciables tumbonas que se convierten en buen lugar para lucir más moda que cuerpo, la de Dior Homme en primavera.
Es precisamente en esa descuidada elegancia y falso desdén donde fluye la seducción, en ese no saberse guapo ni bien vestido, en esa actitud ausente y abandonada de uno mismo; todo ello puro artificio con el único fin de despertar la curiosidad -y quien sabe si algo más- en los ojos ajenos que miran sin perder detalle.
Así son los hombres Dior en primavera, irresistibles...
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