Moda Verano

Sandro Barros: feminidad absoluta

La nueva colección otoño-invierno del diseñador brasileño nos devuelve a los años de las grandes musas del cine.

Hubo un tiempo en el que las divas del cine recorrían las alfombras rojas enfundadas en espectaculares vestidos. Un tiempo en el que las grandes casas de moda abrían de par en par sus puertas para recibir a las grandes musas del cine de los cincuenta. De aquella teatralidad de entonces apenas quedan hoy pequeños destellos en el mundo de la moda, que prefirió optar por propuestas más urbanas y prácticas a la hora de vestir a la mujer actual. Si bien, todavía pueden encontrarse algunas firmas que, más allá de la inalcanzable alta costura, continúan apostando por esa feminidad absoluta.

Sandro Barros (SB) es una de esas marcas, un atelier situado en pleno corazón de Sao Paulo (Rua Henrique Martins) que desde sus inicios en el año 2011 no ha dejado de cosechas éxitos tanto dentro de sus fronteras como fuera de ellas. Detrás de SB se encuentran Sandro Barros y Renata Queiroz, dos apasionados de la moda empeñados en hacer de cada prenda una auténtica obra de arte. Todas sus propuestas tienen ese halo de esplendor que siempre se ha asociado a la época dorada de Hollywood, a sus musas de pelo cardado y a sus fiestas privadas sólo aptas para la alta sociedad más exclusiva.

Elegancia y feminidad son dos de sus máximas a la hora de dar vida a sus colecciones. Un nuevo ejemplo de ello se plasma en sus propuestas para el próximo otoño-invierno 2014, para el que Sandro Barros diseña ceñidos vestidos de lentejuelas pensados para rozar el suelo a su paso, majestuosos, sensuales; monos en blanco y negro efecto block que marcan la cintura y dibujan formas geométricas sobre el escote; faldas con volumen estilo New Look y delicados vestidos de seda que juegan con el volumen. Las flores protagonizan muchas de sus prendas, creadas para dar vida propia a la silueta de la mujer, ya sea a través de estilosos péplums o de sugerentes aberturas sobre la tela.

Nos colamos de nuevo en el atelier de Sandro Barros para admirar, una vez más, su nueva colección, y de golpe nos sentimos auténticas “ladies”, como la Bergman, como Grace e, incluso, como Ava (sí, la Gardner). Vamos a quedarnos un ratito más por aquí a ver si se nos pega algo.

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