Si algo caracteriza a la moda italiana es la elegancia, también la calidad, la creatividad, el diseño... pero la elegancia italiana es única, inconfundible y difícilmente imitable; se trata de una caracterísitica que excede a cualquier otra y sobrevuela todos los estilos, incluso los más recargados o el de Roccobarocco.
Esta sugerente firma italiana se viste, en su colección de primavera, un poco de Cavalli y otro poco de Dolce&Gabbana además de hacerlo de sí misma; Roccobarocco ha sido siempre un sello sofisticado y muy de vestir de largo y bien pero en esta primavera quiere ir un paso más allá y entremezcla en sus propuestas el clásico animal print de Cavalli y los intensos estampados florales de Dolce&Gabbana y lo hace además sin perder un ápice de la sofisticación que le es propia ni mucho menos de la elegancia característica de toda firma italiana.
Así las cosas, nos adentramos en una colección que resulta incitante y de lo más evocador, descubrimos cortes propios de los años 50 y del glamour de entonces, ese que lucían como nadie una tal Marilyn y una tal Loren, de nombre Sofía; pedrerías y florales, animal print, negro al fondo y estampados de colores, bolsos de mano y elegancia, guantes como complementos perfectos, faldas largas y amplias para terminar vestidos que comienzan con una palabra de honor y otras cortas, aunque no minis, en vestidos que marcan cadera y se entuban hasta llegar a la rodilla.
Roccobarocco demuestra en sus propuestas de primavera que sabe hacer del exceso virtud y va un paso más allá de su habitual sofisticación, trabajando los detalles de sus prendas y complementos con bordados coloristas y hermosos en un coqueteo con el exceso que da a su colección un aire de elegante sorberbia que, además de resultar descarado, es de lo más seductor; sólo déjate vestir.
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