Dicen que la moda es cíclica, que lo que es hoy vanguardia mañana no hay armario que lo aguante pero de aquí a un tiempo, tal vez, puedas recuperarlo; claro que hay firmas para la que ésto es pura anécdota porque ellas viven de la clasicidad de la moda, de ese fondo de armario excepcional que aguanta todas las temporadas que le echemos porque su belleza va más allá del tiempo. Una de estas firmas es Roberto Verino.
El diseñador gallego mira a la mujer buscando su belleza para resaltarla y vestirla, lo hace siempre utilizando los patrones básicos que sabe sacan lo mejor de nosotras y aporta un toque de atrevimiento que es a veces sutil, en ocasiones casi imperceptible, pero que hace que sus prendas sean muy suyas, muy Verino.
Éste modo de ver la moda aplica también a los hombres; lo cierto es que en la moda masculina la diversidad es menor y pasamos de la clasicidad a la vanguardia sin encontrar muchas estaciones intermedias pero Verino es una de ellas porque dota a sus colecciones masculinas de un estilo muy definido, elegante pero joven, contemporáneo y muy de vestir bien aunque se vista de sport.
Y así, como es Verino, es su colección de primavera y verano, un viaje a través de la estación cálida en el que la funcionalidad y la elegancia se compaginan a la perfección regalándonos outfits que lo son también de fondo de armario, cuando te compras un Verino sabes que es un traje, un vestido, un pantalón o una chaqueta que te dará juego no una temporada ni dos sino tantas como quieras porque, además, la calidad de Verino aguanta el paso del tiempo tan bien como sus diseños.
Tona nota, además, de las tendencias que marca Verino: sandalias para ellos, vestidos abotonados para ellas y, para todos, marino y blanco, los clásicos que siempre están en el armario de verano y que la próxima primavera, además, lo dominarán.
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