Para Uterqüe la primavera es arte y por eso, para contarnos la suya, recurre a obras de arte pictórico y literario recreando mundo oníricos de puro placer en los que vestir sus prendas es garantía de belleza y felicidad.
Imagina una primavera en el Jardín de las Delicias de El Bosco o una en un universo submarino recreado por el mismísimo Julio Verne, esos son sólo dos de los paraísos en los que Uterqüe se inspira para contarnos como serán de sutiles sus tejidos en primavera, como van a ser de voluptuosos sus vestidos y de coloristas sus propuestas, como serán sus bolsos, sus zapatos y su mundo de complementos porque ese es, además, el punto fuerte de esta magnífica firma del grupo Inditex, los accesorios; y es que lo accesorio es, en Uterqüe, esencial.
La primavera de Uterqüe ha sido diseñada a la medida de las mujeres del S.XXI, libres, cosmopolitas, viajeras y cultivadas, mujeres que se pierden en una buena historia escrita letra a letra y que escriben la suya propia a golpe de viajes; para estas mujeres el equilibrio entre la funcionalidad y la elegancia de su fondo de armario es esencial, la versatilidad de sus prendas y sus complementos son también de gran importancia y en Uterqüe lo saben tan bien que han diseñado una primavera a la medida de las necesidades de estas mujeres.
Líneas andróginas que son también pura armonía dibujan una colección única en tejidos con efecto acuoso como el lamé, el terciopelo o el charol y en accesorios de metal dorado; los tejidos lisos son muy de Uterqüe pero comparten esta vez protagonismo con estampados florales, abstractos y geométricos en un universo de prendas de vestir inspirado en Gauguin, Verne y El Bosco.
La paleta de color es tan rica como la colección completa y nos traslada a un universo a medio camino entre lo imaginario y la realidad, un mundo propio y único que es nuestro.
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