Poppy no es Cara pero es Delevingne y eso hoy por hoy es garantía de oportunidad, una oportunidad como la que le regaló Chopard permitiéndole protagonizar un delicioso editorial o como la que pone en su piel ahora Thomas Wylde, firma tras la que se esconde el talento creativo de Paula Thomas, convirtiéndola en protagonista de su campaña de primavera.
Esta campaña es de las que miras una y otra vez, una de esas de las que te alejas para volver de nuevo a ella porque sus imágenes se quedan en tu retina como si de fotogramas se tratara; es una campaña que incita y sugiere, atrae, seduce y alienta más si cabe nuestras ganas de primavera; el enfoque ha sido cosa de Davis Factor, fotógrafo de moda, y, junto a él, un cuidado estilismo ambientado en un fondo plano donde no cabe más que el coche que sirve de escenario en algunas de las imágenes, llevándonos a fijar toda la atención en Poppy, en cómo viste, en el bolso que abraza, en su gesto y en su pose.
El primer y último fin de toda campaña es despertar interés y provocar el acercamiento a la colección que muestra, de ahí que Paula Thomas lo tuviera claro, Poppy Delevingne sería sin duda una gran embajadora y lo será más si cabe gracias a la sugerente campaña de la firma británica a la que no le falta más que un año para cumplir la década.
Poppy desvela que para Thomas Wylde la primavera es verde y es nude desde el tejido que la viste hasta los bolsos que la complementan y lo hace posando de modo sugerente e incluso sutilmente provocador. La hermana de la top más top del momento, Cara Delevingne, firma así una campaña de manufactura irreprochable y da un paso más en su siempre discreta pero cada vez más notable carrera profesional.
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