Ella sabe cómo parar el tiempo, como impregnar de misticismo cualquier imagen y como dotarla de profundidad, de fuerza y de esa intensidad que todas las campañas de publicidad requieren para despertar el deseo. Es la Campbell, la nueva imagen de Pinko, la feminidad por excelencia.
La nueva embajadora de Pinko, Naomi Campbell luce los diseños de la colección primavera verano como si de una segunda piel se tratase, y lo hace con esa elegancia innata que la ha caracterizado siempre. Juega con su imagen a sabiendas de que su belleza es perfecta en lo formal –de ahí a los gustos de cada cual, media un abismo-, y de un encanto incomparable.
Exuberante y femenina; así es la mujer Pinko, quien aprovecha cada instante de su vida para reunirse con viejos amigos, viajar al pasado y hacer que cualquier prenda, cobre vida gracias a un estilo fresco e irresistible. Una mujer que apuesta por la elegancia atemporal que otorgan el blanco y su opuesto el negro, y que gracias a los matices metálicos en oro y plata, logran un juego de sombras y claro oscuros dignos de mención.
Naomi se pone a las órdenes del objetivo de Daniele&Lango, el dúo de moda del couché, quienes, hundiendo sus raíces, en expertos como Richard Avedon y Herb Ritts, consiguen sublimar la imagen de la modelo y transmutar cada imagen logrando que surja en cada disparo la auténtica esencia del movimiento etéreo que pretenden transmitir, y lo mejor de la geometría para la que fue concebida la instantanea.
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