Junto a la inminente tendencia de la atemporalidad parece que la moda ha dado pie a abandonar ciertos ámbitos artísticos y a prestar mayor atención a su público objetivo. Es así como muchas firmas se alejan de las formas imposibles para dar rienda suelta a la creatividad a través de medidas reales de una mujer real, que trabaja, que es ama de casa y que, además quiere sentirse única y sensual en los momentos más especiales.
Un objetivo que ya formaba parte en los años 80 de la filosofía de Paule Ka, en la que su creador, Serge Cajfinger, tiene muy claro que no existe una colección ni un trabajo óptimo si no existe una mujer detrás de todo ello. Es así como el minimalismo contemporáeno se instala en las prendas de su colección primavera-verano, donde el glamour cinematográfico recoge a las grandes musas de parís para dotarlas de feminidad, sofisticación y clasicismo.
Vestidos con cinturas marcadas, bien por cinturones o detalles de lazos, total looks de shorts y camisas de algodón con estampados típicos de los años 50, jacquards, popelina, tejidos denim… una pontente combinación de materiales, colores y formas que dan como resultado un armario 10 para las mujeres reales de Paule Ka.
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