Decía Aristóteles que no había victoria más dura que la que se llevaba a cabo sobre uno mismo. Si a esta superación le ponemos nombre de mujer y, para colmo, la personalizamos a través de los detalles del siglo XIX aplicados a las curvas del siglo XXI nos topamos, una vez más, con la magia de Juan Vidal.
El diseñador español presentaba su colección otoño-invierno en la 26º edición de la Mercedes Benz Fashion Week Rusia para acabar conquistando ‘otros mundos’ con la genialidad y la profesionalidad que lo caracteriza. En esta ocasión, la emoción llegó con mujeres de cuellos altos, adornados por camisas de blanco impoluto y con cierto aire victoriano que visten a una fémina disciplinada, correcta y sofisticada cuyo espíritu vela por colores oscuros, a los que, desde el 2011, Vidal no nos tenía muy acostumbrados.
Los cortes impolutos y simples demuestran que el diseñador cree en una mujer que no necesita nada más que su propia personalidad, resguardada a través de abrigos armados con bordados propios del siglo XIX. Los vestidos de diversos materiales, como la lana o la seda, se convierten en el otro punto fuerte que alza unas propuestas sólidas y femeninas que descripen el carácter de Victoria.
Española, conservadora, técnica, abusiva de poder, que no de autoridad, y con un cierto odio hacia el descaro moderno pero, sobre todo, Victoria no es más ni menos que un nuevo éxito para la carrera de este diseñador valenciano.
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