¿Te imaginas un verano diferente, en el que las flores, los colores y los vestidos evasé desaparecen para dejar paso a algo totalmente distinto? Una apuesta por lo irracional, donde destacan los patrones por encima de todas las cosas, convirtiéndolos en una apuesta segura tanto para las pasarelas como para el día a día.
Lo cierto es que si quieres empatizar con Isabel Marant lo primero que te hace falta es libertad e integridad, dos conceptos clave dentro de la tribu que conforman cada una de sus fieles seguidoras que, en esta ocasión, están representadas por la modelo rusa Natalia Poly. En torno a esta filosofía se desarrolla su última colección para esta primavera-verano 2015, fotografiada por Inez y Vinoodh.
Un toque bohemio, juvenil y divertido es el que caracteriza a este trabajo, en el que la rafia, los materiales orgánicos y los pliegues están presentes en vestidos mini y faldas cortas. La casa reinventa el poncho para prolongar su éxito durante los próximos meses, en versión XS, por debajo de los hombros y con capucha. El complemento estrella llega en forma de cinturón, con inspiración guerrera, y el calzado, con sandalias que siguen la línea del anterior 2014, sujetas al tobillo con estructura que recuerda al zapato que utilizaba en la antigüedad el luchador y gladiador.
A esto hay que sumarle cierta influencia oriental, con la inclusión de una chaqueta de judo en negro ceñida a la cintura. Los pantalones vaqueros tampoco han faltado, acompañados de prendas exteriores que simulan inscripciones rupestres. Todo ello adaptado al siglo XXI y al streetstyle que inunda las pasarelas para convertirlo en un trabajo funcional para mujeres urbanas y amantes de lo moderno.
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