Las novias ya no son como eran porque ni las bodas son lo que fueron ni las mujeres somos como fuimos... el mundo entero ha cambiado y, aun con tanta transformación, diferencia e igualdad, algo permanece... y es la pasión por el vestido de novia.
Pero hasta ahí, esta pasión no se alimenta de mangas abullonadas ni de colas infinitas, no brilla en raso ni se excede en encajes ni velos, prefiere la sugerencia y la seducción y la sencillez más sofisticada.
Cierto es que al adentrarnos en el tortuoso camino de la elección del vestido de novia, todo parece llevarnos por la senda de la clasicidad y no dejar el atrevimiento más que a los detalles, pero hay diseñadores que saben del ansia femenina por romper esa tendencia y hacer de la diferencia el éxito, Vera Wang, por ejemplo, lo entiende como nadie y propone una colección que es, a nuestro entender, espectacular.
Olvidamos la primavera que vivimos e incluso el invierno próximo porque, para las novias de estos meses, es ya tarde, su vestido está en camino; por eso nos trasladamos a las propuestas de Vera Wang para la próxima primavera porque, si tu boda tiene fecha cerrada en 2016, todavía estás a tiempo de sorprender a propios y a extraños al llegar al lugar del evento vestida como una novia nueva.
Veran Wang olvida los volúmenes propios de los vestidos de novia más clásicos y ciñe el cuerpo femenino, se atreve con alguna propuesta de corto sin renunciar a la elegancia y distinción de la cola, los encajes y el tul juegan alrededor del cuerpo femenino definiéndolo, escondiéndolo y también mostrándolo en modelos que parecen ser, y son de hecho, vestidos de novia reinventados, hechos a los gustos y pasiones de hoy en día y al atrevimiento de las nuevas novias.
La cuestión es ¿cuánto tienes de clásica y cuánto de nueva novia?
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