Donna Karan, la diseñadora urbana por excelencia, nos sorprendió esta primavera y verano con una colección intimista y bella que resultaba evocadora y apetecible a principio de temporada, y que no lo resulta menos ahora que tiene también cierta pátina de ensueño y de recuerdo una vez estamos ya con la vista puesta en las propuestas del otoño.
Todo tiene su ser, su lógica y su sentido, incluso la huída de la ciudad que Donna Karan plantea en sus propuestas de primavera para presentar vestidos de cortes sorprendentes asentados cómodamente sobre el cuerpo y colores discretos y elegantes como un gris vivo y un juego en rosa muy de atardecer; y es que, aun inmersos en la acelerada vida urbana de la que Nueva York es paradigma, el corazón late, el alma vibra y la piel se emociona... no sólo huímos hacia delante y sin apenas mirar atrás cada día, también sentimos, y ese 'sentir', esa emoción latente es la que la firma neoyorquina ha vestido esta primavera y su verano.
Y dado que sentir es vivir, que la emoción es el alimento del alma y el aire que respiras, dejémonos envolver por la evocación bella de Donna Karan para los días de luz, calidez y vida mientras hacemos ganas de otoño para descubrir la historia y el envoltorio con el que nos sorprende la próxima temporada...
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