La bella soñadora de Ottavio era Rosita, de ella se enamoró cuando caminaba él con paso firme y marcial, como soldado tras la guerra que era, hacia la treintena y ella no había pisado todavía los veinte.
Él llenó de pasión la vida de la joven Rosita y de estampados coloristas y zig zags las telas que la familia de ella, los Jemini, tejían en punto; y desde entonces hasta hoy toda una vida de luz y color que vivió sus años oscuros cuando el minimalismo parecía querer acabar con los rojos, verdes, azules y naranjas entremezclados; fue al final de los 90 y, como la moda para Ottavio era cosa de familia, su hija Ángela se puso al frente de la creatividad y el diseño hasta hoy, cuando ya la tercera generación pasea por la firma.
Pero es Ángela quien viste a las bellas soñadoras hoy y lo hace en la inspiración Missoni, fiel al color, que es santo y seña de la firma, e integrando sus ideas y diseños en las tendencias actuales. Vestir Missoni sigue siendo vestir diferente y Ángela ha sabido como nadie convertir esa diferencia en la exclusividad a la que rendirse.
Esta primavera Missoni mantiene su punto surrealista y de ensueño inspirando sus propuestas en una heroína japonesa que no es más, ni menos, que un dibujo animado; sus prendas mantienen los cortes arquitectónicos y la paleta de colores se amplía dando cabida también a los blancos y los negros porque, puestos a ser los reyes del color, quieren serlo de todo el color, incluso de su ausencia.
Nos encantan los vestidos, así en general, son un ineludible del verano y los que nos propone Missoni nos pierden; largos y cortos, con juegos de transparencias, degradados de color e incluso brillos de lentejuelas.
Colorea tu fondo de armario... y vive el verano.
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