En la moda, al igual que ocurre en otros entornos, llega un momento en el que parece que el tiempo se paraliza y nada ni nadie puede conseguir que las circunstancias continúen hacia delante. En estos momentos el regreso al pasado y la reinvención de lo que entonces existía con un toque personal suele ser una de las soluciones fáciles, pero de vez en cuando existe una pequeña esperanza gracias a un nuevo mundo que parece resurgir de la nada… como el de Dior.
Y es que para la próxima primavera-verano la industria cuenta con un nuevo planeta, donde Simons une lo real y lo imaginario para crear una nueva tribu de mujeres sofisticadas y salvajes que viven en una constante transición y en la que la exploración a través de nuevos mundos es un requisito indispensable. Con la seda como principal material, los diseños de tiñen de blanco o azul tinta sobre bordados y plisados presentes en todas la prendas de la colección, incluida la clásica Bar. Piezas armadas en chaquetas, prendas exteriores y vestidos que, en ocasiones, muestran el nuevo mundo del que hablamos a través de estampados a la altura del pecho que dan la bienvenida a un nuevo estilo de mujer… el de Dior.
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