Los inicios modestos siempre son una buena apertura para una historia. "Érase que se era" o "Había una vez", también ayudan a poner en situación, porque nacer al oeste de Ankara y al sureste de Estambul, se presta para estos comienzos de cuento.
Eskişehir con su sonoridad tiñe de colores, olores y sabor, a la ciudad que fue considerada por los antiguos geógrafos como una de las más bellas de Anatolia, dominada por el fértil valle de Frigia, que también baña de numerosos manantiales de aguas termales el desarrollo de nuestra historia.
Corría 1944, cuando un pequeño taller de sastre, con manos expertas y ese pensar más allá del horizonte, comenzaba a diseñar bajo las premisas de calidad y líneas perfectas, que 69 años después en el recorrido de todas las estaciones, viste a mujeres y hombres de 49 países, en los cinco continentes.
Y en ese correr de los años con absoluta coherencia, tras sus aires asiáticos y europeos, descubrimos su colección Spring / Summer 2013, que con Sean O'Pry y Bianca Balti termina por cautivarnos.
Bellezas morenas de ojos azules, que con ese porte italo americano, transmiten la perfección de las líneas de la casa turca, lejos de artificios o complementos innecesarios, y colores únicos. Que confieren a los blancos, negros y grises, un dominio con los Sarar traza las líneas maestras de los vestidos, las chaquetas y los trajes sastre de su propuesta veraniega.
Y así es como la "ciudad vieja" fundada por los frigios, logró que sus leyendas y su habilidad con los patrones viajaran en las historias, hasta este lado del mundo
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