El encuentro entre la histórica firma británica Burberry y el artista del mismo origen Henry Moore, tenía que producirse, Christopher Bailey lo sabía y decidió no dilatarlo más en el tiempo. Está ocurriendo, ahora, en la campaña de primavera de Burberry.
Para ubicarnos como exige esta campaña tenemos que viajar a Yorkshire, allí está la Fundación de Henry Moore y junto a ella los estudios y jardines Henry Moore -Henry Moore Studios and Gardens- que sirven de escenario a esta campaña; pero también ahí, en ese rincón verde de Inglaterra, está ubicada la fábrica de gabardinas de Burberry. Esta coincidencia geográfica junto con la importancia que Henry Moore tiene en el imaginario creativo de Christopher Bailey, nos lleva a la próxima primavera.
En un espacio exterior en el que se conservan y exhiben algunas de las piezas más célebres del artista británico -escultor por encima de todas las cosas- Henry Moore, Bailey hace pasear las nuevas propuestas de Burberry vestidas por un más que interesante elenco de modelos: Ella King, Maya Gunn, Amber Witcomb, Elfie Reigate, Tamara Long, Jess Cole, Sophie Hamilton y Nora Attal, junto a Myles Dominique, Tom Fool, Tom Walmsley, Alex K y Henry Kitcher. Frente a todos ellos, inmortalizando su bello paseo, el fotógrafo Josh Olins.
Con esta colección Bailey liga más si cabe a Burberry a la esencia british, asociándola no sólo a la historia de la moda británica sino a su acervo cultural; Bailey mantiene así a Burberry a la vanguardia de la moda sin renunciar a los icónicos cuadros de la firma, a cierta sobriedad, al amor por los tejidos ni a las capas o la superposición de tejidos que son, para la próxima primavera, tendencia.
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