No hay hoteles de lujo como los del sur de Francia y sino que se le pregunten a la actriz Jeanne Moreau, cuya sensualidad dedicaba a pasear en los 60 entre las magníficas playas y clubs de la Costa Azul junto a sus íntimos. Marsella, Toulon, Niza… Un glamour y sofisticación que Balmain ha recreado, como en aquellos maravillosos años, en su última campaña de manos de Anna Selezneva.
La modelo rusa se ha puesto bajo las órdenes del director Bérénice Rapegno para recordarnos el l’art de vivre que tanto identificó a la élite que residía o veraneaba en Francia. Detalles bien cuidados que reflejan la pasión por el trabajo bien hecho, tan típico en Balmain, con vestidos bordados y blusas románticas que se entremezclan con prendas algo más modernas para simbolizar la feminidad reconstruida del siglo XXI.
Una delicada confección que para nada queda eclipsada por la falta de color y que, precisamente, esta campaña ha querido resaltar en blanco y negro para hacernos retroceder hacia aquellos fantásticos y lujosos días de primavera en el sur…
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