Prada siempre se caracteriza por reinventarse sin parar; por dejar su impronta en la moda creando estilo y no seguir las tendencias de la misma sin más. La firma italiana siempre está cambiando, creando para las mujeres y evolucionando con ellas.
Una pluralidad de mujeres tiene en Prada su cabida, su inspiración y son, a su vez, inspiradoras de la marca. En ellas se inspira Prada: en las que se sirven de las tendencias de moda que más las favorecen, en las que adapta las prendas a su forma de ser y su personalidad. La misma prenda de la firma parece otra totalmente distinta según quien la vista, según que complementos le aporte, según el estado de ánimo de cada momento.
Prada quiere transmitir que la firma no se puede definir en una palabra, son unas y su contrario. Es sencillez y sofisticación, elegancia y audacia, es moderna y atemporal. Las mismas prendas pueden ser utilizadas en muy distintas ocasiones; pero todas ellas tienen el sello personal de Prada: son perfectamente reconocibles aunque sean totalmente opuestas.
Fotografiadas por Jamie Hawkesworth, las imágenes dan vida a una sensación de renovación perpetua y de reelaboración del lenguaje fotográfico, desafiando una vez más la descripción y pasando del blanco y negro al color, del retrato al cuerpo entero, lo rural a lo urbano, el reportaje espontáneo y la compostura cuidadosa y clásica.
Prendas diferentes para distintas mujeres, pero todas ellas tienen en común la búsqueda de la elegancia atemporal, la audacia de no vestirse igual que los demás, la búsqueda de la personalidad propia entre todas las prendas. Todos los diseños de Prada se complementan con lo que nuestra personalidad le imprima.
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