Será la colección primavera-verano pero se trata una vez más de una colección atemporal, diseños sin tiempo, sin momentos definidos que bien valen para una primavera de 2014 o para la de dentro de cinco años.
Si le damos crédito a Honoré de Balzac y consideramos la elegancia como la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos, podemos considerar Maiyet como la marca que aúna elegancia por los cuatro costados. Donde la mayoría de las empresas mantienen procesos de producción clásicos, Maiyet se preocupa de que de estos resulten entornos sostenibles social y económicamente para productores artesanos de todo el mundo.
Desde Indonesia a Italia, de Mongolia a Perú, o de Kenya a Colombia, Mayiet ha creado una marca de auténtico lujo sostenible que contribuye a la mejora de la vida de los productores al tiempo que crea piezas únicas y sorprendentes con esa calidez que aporta la elaboración artesanal. La calidad de los materiales y el cuidado diseño parte de ese compromiso con los artesanos que se benefician de las compras globales de materias primas y se benefician de la capacidad mundial de distribución y de venta. Un concepto sencillo con magníficos resultados.
Se puede simplificar la definición de Maiyet como el de otra marca que hace moda, complementos, joyería… pero eso es parte de la elegancia de la marca, que en realidad hacen algo diferente aportando una mejora sustancial a la humanidad, algo que parece impreso en el adn de sus fundadores, Kristy Caylor, Daniel Lubetzky y Paul van Zyl.
Y luego la capacidad de sus diseños de enamorarnos, una vez más, para llegar a ser parte de nuestros clásicos. Qué mejor inversión en nosotros... y en todos.
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